En el presente informe se analizan los efectos del fenómeno “El Niño Oscilación del Sur” (ENSO) sobre el clima y la producción agrícola. El análisis se realizó tomando a Pergamino como localidad de referencia de la zona núcleo.
Es importante conocer los efectos del ENSO, ya que su pronóstico se consolida hacia Agosto – Septiembre, momento clave para la toma de decisiones técnico – empresariales.
Efectos sobre el clima
En la serie analizada (campañas 1951-1952 al 2015-2016), la mitad de las campañas aproximadamente fueron clasificadas como fase Neutra (53 %), y la proporción de campañas La Niña (23 %) fue similar a la de campañas El Niño (24 %). En la Fig. 1 se observa que las precipitaciones acumuladas en las campañas La Niña (828 mm en promedio) tendieron a ser menores y las campañas El Niño tendieron a ser superiores (1095 mm en promedio) que el promedio histórico (967 mm). Sin embargo también se observa que hay una gran variabilidad en las precipitaciones dentro de cada fase. Es así que se observan campañas El Niño con precipitaciones menores al promedio y campañas La Niña con precipitaciones totales superiores al promedio. La fase Neutro tuvo precipitaciones en promedio muy similares al promedio histórico (968 mm). También se observa en la figura que las últimas cuatro campañas se caracterizaron por ser de abundantes precipitaciones (dos campañas neutras y dos campañas El Niño).
Figura 1: Precipitaciones acumuladas, por campaña agrícola. Se marcan en colores según la fase ENSO. La línea punteada horizontal marca el promedio de la serie (967 mm).
Aparte de producir cambios en las precipitaciones totales, el ENSO produce cambios en la estacionalidad de las precipitaciones. En la Fig. 2 podemos observar que durante los meses de Octubre, Noviembre y Diciembre se producen las mayores diferencias en balance hídrico (precipitaciones – evapotranspiración potencial) entre fases ENSO. Allí vemos que en este período, la fase La Niña tiene un fuerte balance negativo. En la fase La Niña disminuyen fuertemente las precipitaciones en este período, a la vez que aumenta levemente la evapotranspiración potencial (ETP). Estos meses son cruciales para la definición del rendimiento, en especial en maíz sembrado temprano, pero también para la soja de primera. También se puede ver que en Marzo-Abril el balance hídrico es positivo en las fases Neutra y El Niño, lo que puede traer perjuicios en especial durante la cosecha, como ocurrió en la campaña pasada (2015-2016).
Figura 2: Balance hídrico (precipitaciones menos evapotranspiración potencial) acumulado en 15 días, para las tres fases ENSO.
Efectos sobre el rendimiento de los cultivos.
Para analizar los efectos sobre el rendimiento se analizó una serie histórica de rendimientos para el partido de Pergamino, utilizando estadísticas oficiales del Ministerio de Agroindustria. En esta serie histórica el rendimiento fue aumentando por mejoras atribuibles a la tecnología aplicada en cada momento. Para desechar estos efectos se utilizó la anomalía de rendimiento (Ecuación 1). El rendimiento predicho para un año en particular surge la regresión utilizada para simular el aumento del rendimiento. Por lo tanto la anomalía de rendimiento se interpreta como la diferencia porcentual respecto al promedio de rendimiento en un momento dado.
Ecuación 1
Las fases ENSO afectaron diferencialmente al rendimiento de los tres cultivos (Fig. 3). La fase El Niño aumentó el rendimiento de maíz en promedio, mientras que tuvo pocos efectos sobre la soja o el trigo. La fase La Niña produjo reducciones en el rendimiento de maíz y soja, a la vez que aumentó marcadamente la variabilidad de los rendimientos en maíz. Contrastantemente, en campañas La Niña el trigo se ve favorecido con anomalías de rendimiento positivas.
Figura 3: Anomalía de rendimiento [(rendimiento observado menos rendimiento predicho para la fecha)/rendimiento predicho para la fecha] de maíz, soja y trigo según fase ENSO.
Comentarios finales
El ENSO es la principal fuente de variabilidad climática interanual conocida hasta el momento. Las fase La Niña y El Niño ocurren con una frecuencia similar (uno de cada cuatro años cada uno), mientras que la mitad de los años son Neutros.
La fase La Niña tiene sus mayores efectos negativos sobre el balance hídrico en Octubre, Noviembre y Diciembre. Este déficit hídrico se da tanto por una mayor ETP como por menos precipitaciones.
El Niño aumenta los rendimientos de maíz, mientras que La Niña disminuye los rendimientos promedio de maíz y soja, pero aumenta los de trigo.
Informe elaborado por Ing. Agr. Luis María Arias Usandivaras (Lares S.R.L).
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